Called from/Referenciado desde: Parroquia de San Vicente Mártir (Sigüenza): Página Principal

Cabeza de Cristo muerto en la cruz. Detalle de la escultura conocida como Cristo de la Misericordia, conservado en la capilla del mismo nombre en la catedral de Sigüenza

Reflexiones del párroco sobre el Jubileo de la Misericordia

Jesús Montejano Moranchel.
Marzo 2016

Dios es Amor

Dios es amor (1 Jn 4,8), y el hombre, que es su imagen, es llamado al amor (Gn 1,27). Esta es la vocación suprema a la que Dios llama a cada hombre, que deriva de la esencia de Dios y que se expresa en la ley suprema del amor (Mt 22,36-40).

Dios es amor intertrinitario (ad intra) y a amor a la obra creada (ad extra). Del Amor de Dios procede el Hijo divino por generación. En Él se revela el amor de Dios y se manifiesta en la vida de Jesús (Jn 14,31). El Espíritu Santo tiene como esencia el amor de Dios, que une al Padre y al Hijo eternamente.

Dios nos amó primero

La primera declaración de amor es la creación. Amor que da el ser. Dios "ama cuanto existe" (Sab 11,25), y toda criatura existe porque Dios la ama.

El Pueblo de Dios es objeto especial del amor de Dios: como un padre o una madre aman (Is 49,15; Os 11,1; Sab 26,10); como un esposo a su esposa (Is 54,5-8; Os 2); como un pastor ama a su rebaño (Sal 22).

En Cristo, "el Hijo amado del Padre", llega a plenitud la manifestación del amor de Dios. "Tanto amó Dios al mundo que le dio su Unigénito" (Jn 3,16), y lo entregó en la Encarnación y en la cruz- "En esto consiste la caridad, no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino que Él nos amó primero y envió a su Hijo como víctima expiatoria por nuestros pecados" (1Jn 4,9-10). El amor de Dios se ha acreditado en que Cristo murió por nosotros, siendo pecadores (Rm 5,8).

El Amor Misericordia de Jesús

Numerosos pasajes evangélicos nos permiten asomarnos a los sentimientos más profundos de Jesús: su compasión (estremecerse las entrañas), su vivir para los demás, el estar atento a los que demás no ven.

Compasión

Jesús siente compasión de quienes andan como ovejas sin pastor (Mc 9,36; 6,34; Lc 10,2). Frente a la indiferencia y el orgullo de los jefes religiosos de Israel que consideran a los pecadores como ignorantes y réprobos, Jesús es capaz de ver la dramática situación de aquellas personas desorientadas, que necesitan ser comprendidas, orientadas y restituidas a la esperanza.

Jesús mira al ser humano

Jesús es el Dios - hombre, libre de prejuicios, que está atento a cada persona que se encuentra, con independencia de su pasado. Así invita a Simón el fariseo (Lc 7,36-50), y devuelve la palabra y la dignidad a la mujer adúltera (Jn 8,1-11).

Jesús comprender el auténtico sentido de la ley a la luz de la compasión.

Jesús manifiesta la voluntad de Dios para las personas, que siempre están por encima de la ley. Esto lo vemos en las discusiones sobre el sábado (Mt 12,1-8) y en la curación del curado de la parálisis en sábado (Mt 12, 9-14).

Cuando los apóstoles arrancan espigas en sábado, reciben las críticas de los fariseos por infringir el sábado. Jesús alega las excepciones que la ley tiene y denuncia el error afectivo-moral: Yo quiero misericordia y no sacrificios. Si lo comprendieran, no condenarían con tanta arbitrariedad. El Hijo del hombre es Señor del sábado, es decir, el bien del hombre –el amor al hombre– es el principio supremo de interpretación de la ley.

En el caso del hombre con la mano, Jesús deja claro que el hombre vale más que un animal que necesite ayuda en sábado, y que una vida debe salvarse en todo tiempo. Ante el silencio de los fariseos, Jesús manda a aquel hombre extender la mano. Mientras que para los fariseos el enfermo es un caso legal, para Jesús aquel enfermo debe ser redimido de su miseria, y el necesitado ha de ser el centro de la atención y solicitud de todos.

La actitud de Jesús ante los pecadores es una novedad: No son los sanos quienes necesitan médico, sino los enfermos. Él se siente enviado a los pecadores para que se conviertan (Lc 5,31-32).

La misericordia aparece como un don gratuito e incondicionado, no como una condición previa a la conversión del pecador. En el caso de Zaqueo (Lc 19,1-10) es el publicano quien es objeto de la mirada amorosa y preferencial de Jesús. Tras alojarse Jesús en su casa se produce la conversión, que entra en la dinámica de la misericordia, al tener presente a los pobres, con los que reparte sus bienes.

La misericordia no es el premio del compromiso moral, sino el don que ha devuelto al hombre la conciencia de su dignidad y le abre el camino de la redención.

Amor a Dios y amor al prójimo

Dios difunde su amor en el corazón de los hombres. Derrama el Espíritu divino para que podamos amar, de modo total y sincero, a Dios y al prójimo. Así dice San Juan: "Él dio su vida por nosotros, y nosotros debemos dar nuestra vida por los hermanos" (1Jn 3,16); "si de esta manera nos amó Dios, también debemos amarnos unos a otros" (4,11).

El amor a Dios y a los hombres es inseparable, pues uno verifica el otro, y hace el culto agradable a Dios (Mt 5,21-24). La veracidad de un amor es garantía del amor del otro (Jn 13,35).

Aún más, el amor al prójimo tiene cierta primacía sobre el amor a Dios mismo, aunque éste sea el amor primero y más excelente. En este sentido dice San Agustín:

"El amor a Dios es el primero en la jerarquía del precepto, pero el amor al prójimo es el primero en el rango de la acción. Quien te impuso este amor en dos preceptos, no habría de proponerte primero el amor al prójimo y luego a Dios, sino al revés, primero a Dios y después al prójimo. Pero tú, que todavía no ves a Dios, amando al prójimo, haces mérito para verle" (CCL 36,174).

El amor al prójimo atiende las dos dimensiones de la persona. Por eso las obras de misericordia son espirituales y materiales. La persona necesita experimentar la misericordia de Dios tanto su materialidad (alimento, acogida, vestido, salud…), como en su mundo interior (verdad, consejo, perdón, consuelo…)

Si tiene problemas o preguntas relacionadas con este Web, póngase en contacto con [Responsable página web].
Última modificación: 11 de marzo de 2016.